viernes, 31 de agosto de 2012

CAPITULO 1 PARTE 4

.......bajo el símbolo de un sombrero de copa, que demuestra la existencia de una fuerte e irresistible compasión por los anglosajones  que bajo la corriente del tiempo nos lleva  a algún final concreto; por casualidad un final glorioso, por casualidad un ignominioso final, pero ciertamente un final que no llevara un sombrero de copa.
Los logros lingüísticos del señor M____incluye un lejano conocimiento del ruso, y el fácilmente me acompaño a la embajada rusa para hacer de interprete. La embajada rusa esta situada abajo, en la vieja parte oriental de la ciudad, para nosotros, al menos, fue necesario usar una guía para encontrarlo. En la bajada, el señor M___, orgulloso de conocer el carácter ruso, me impresiono asegurando  que el general Melnikoff resultara ser agradable, un tipo amable.
Él dijo: “toda la alta clase rusa es maravillosamente amable, mucho mas agradable que las personas de alta clase de cualquier otro país”, con estas palabras favorables alcanzamos la embajada y envié mi carta.
Después de que ambos dos esperásemos un innecesario largo tiempo en el vestíbulo, un rostro, una apariencia sensual, o en otras palabras, una admirada forma persa, un noble persa, vino fuera portando mi carta, sin abrir, en su mano. Concediéndonos una pequeña cabezadita, él fue directamente al paso, y se fue enun carruage que estaba esperando en la puerta.
El señor M___ me miro confuso, y yo supuse que estaba igual de confuso que él, de todos modos, él empezó a convertir sus sentimientos en palabras, ninguna de ellas elogiaba al ministro ruso  Melnikoff. “Él es el más bueno que he conocido de montones de rusos, ¡extraño!, Nunca había visto una acción rusa tan extraña como esta ¡nunca!”
“Es pequeña la perspectiva  de obtener ayuda en esta sala.-Yo sugerí”
¡Parece endiabladamente que si!-afirmo el señor M___.
“Yo acababa de decir que, siendo un ruso, seguro que el seria cortes y agradable, nada mas y nada menos, pero parece que hay excepciones”-continuo. Y hablando juntos intentamos encontrar consolación en el pensamiento de que el ministro puede ser raro, y que resulte ser una buena compañía después de todo. Así  comentando, un  sirviente libre  se presenta y nos hace señas para que nosotros le sigamos tras un caarruage que salía. Siguiendo.....

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